La comunicación es un hecho permanente. Es imposible no comunicar, porque al no hacerlo, significamos algo que en definitiva se convierte en mensaje, y por ende en comunicación.
El esquema básico de toda comunicación indica que hay un emisor
en un extremo y un receptor en el otro. En el medio, hay un mensaje (que a
su vez es el medio).
Cuando la comunicación es predominantemente unidireccional (emisor-receptor),
probablemente estemos ante un denominado medio de comunicación, que
al multiplicarse en el extremo de la recepción se convierte en un medio
de comunicación masiva. Por ejemplo, una emisora de radio tiene potencialmente
en el otro lado más de un oyente.
En el extremo de la emisión, el mensaje se codifica de acuerdo al medio que vamos a utilizar y en la recepción se decodifica para entender la idea o la información. En el medio gráfico nos valemos de símbolos arbitrarios que son los caracteres de un idioma elegido. Como mínimo, el lector-receptor debe entender esta simbología para convertirla en una información en su cerebro. Allí estaría cerrado el proceso de comunicación.
En el proceso de codificación y decodificación no solo intervienen procesos intelecto-cerebrales, sino que muchas veces nos valemos de la tecnología para cumplir todo el camino necesario. En el caso de la Internet, por ejemplo, a nuestro saber previo que implica el manejo del idioma a utilizar, hay un procesador de textos que convierte el alfabeto en un código binario con el cual navegará hasta otra computadora que volverá a convertirlo nuevamente en texto.
Uno de los dichos mas habituales es el de el medio es el mensaje.
Esto, que se puede trasladar a cientos de circunstancias de nuestra vida cotidiana
también tiene su lugar en los medios de comunicación. De la
misma forma que no es lo mismo asistir a clase en zapatillas o en zapatos,
sucio o limpio, vestido o desnudo, en los medios también se percibe
la diferencia entre algo bien editado (en radio o en TV) o en colores o blanco
y negro (en el caso de la gráfica).
Como cada medio tiene sus particularidades, también hay diferencias
en nuestro acercamiento a los mismos. Este último paso marca a fuego
diferencias en la capacidad de recepción de distintos mensajes.
Extraído de:
do Campo Spada, Daniel. "La Comunicación como Órganon
de la existencia"
Buenos Aires. Ediciones El Garage. 2004