Teoría y Ética de la Comunicación
CICLO LECTIVO 2015 -
Prof. Lic. Daniel do Campo Spada | Lic. Romina Casas

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El Capítulo de Peirce.

Charles Sanders Peirce (1839-1914) era una persona tan difícil de tratar como de entender sus textos. Su formación de matemático de Harvard le hizo tener un lenguaje excesivamente técnico, que en pro de la precisión que buscaba en sus análisis lo llevó a ser bastante complejo. De todas formas, su aporte a la explicación del signo es considerada por muchos como mas sofisticada que la teoria saussuriana. Al signo compuesto de significante y significado del suizo, antepuso una relación triádica en el interior del signo integrada por el representamen, el interpretante y el objeto.
Es de resaltar que Peirce y Saussure eran contemporáneos, pero ninguno de ellos supo de la existencua del otro ya que sus publicaciones obre sobre lingüística o semiótica fueron post mortem, por lo que nunca pudo haber polémica o debate entre los fundadores de los parámetros contemporáneos de estudios semióticos.
Peirce, quien estaba obsesionado por descrubir la forma en que el hombre genera conocimiento, llegó a la primera conclusión de que el razonamiento se da gracias a la existencia de los signos. En esto hay una clara coincidencia con Saussure cuando aquel decía que primero era el lenguaje y luego las ideas.
El signo, a su vez, es un mecanismo complejo en que tres mecanismos actúan en forma simultánea. Retomando lo del anterior párrafo, la graficación del mismo podría concluir en algo similar a lo siguiente:

DIBUJO DE SIGNO según PEIRCE.


El representamen, que bien podría ser considerado apriori como el signo mismo (o el significante de Saussure) es la cualidad de una cosa que esta siendo representada. El interpretante es cuando se aclaran los conceptos del representamen donde muchos veces se necesitan un conjunto de signos para entender ese concepto que representa el primero de los estadios. Ello remite en forma simultánea a un objeto, que bien podría se “la cosa” misma.
Dicho de otra forma, la teoría peirceana indica que un signo (representamen) genera un sistema de signos (interpretante) que está en lugar de la cosa (objeto).
El signo debe tener tres condiciones para ser tal:
a) Debe poseer una cualidad para ser distinguido entre otros signos. Cuando el representamen es de un color nos permite no confundirlo con otros colores, de la misma forma en que cuando usa algunos términos es porque no incluye otros.
b) Debe haber un objeto (algo) a lo que hace referencia. El mismo puede ser algo material o un concepto en su mismo. Por ejemplo la “humildad” está representado por esa palabra e inmediatamente nos representa “algo”, aunque humildad no sea una cosa concreta sí es algo de la realidad.
c) Debe tener en su interior una relación triádica. Si el proceso de los elementos ya expuestos no se da, probablemente no estemos ante un signo y debemos redefinir nuestro objeto de estudio. Debemos retomar que el espíritu de nuestro libro es que todo es comunicación e información y que tanto esos conceptos como los signos existen en forma permanente bajo las mas variadas y sorprendentes formas.

Semiótica y semiosis.

Peirce ve en la teoría a la semiótica y a la práctica a la semiosis, dándonos el siguiente cuadro comparativo:

lengua = semiotica = teoria
___________________
habla = semiosis = práctica

Cuando en la relación triádica llegamos a la función del interpretante, estamos ante un nuevo conjunto de signos que realizan una nueva realización de conceptos. Al volver sobre ellos, se convierten en nuevos representamenes de los cuales se deducen otros nuevos sistemas de signos. Cuando Umberto Eco dice que la tarea del lingüista es casi la de un policía, hace referencia al hecho de desandar el derrotero que los sistemas de signos (interpretante) fueron tomando ante la aparición de los signos originales (representamen) en referencia a un objeto (o concepto).
Para ver este mecanismo, tomamos una palabra muy usada en estos días como forma de vaciar “al otro”, convirtiéndolo en un enemigo “sin corazón”.

 

Extraído de do Campo Spada, Daniel
"La Comunicación como Organon de la Existencia"
.
Buenos Aires. Ediciones El Garage. 2004